jueves, 31 de octubre de 2013

Video sin sonido_ Las piñas del discurso



En nuestro video titulado Pateando hasta la gloria decidimos contar la historia de un grupo de niños que practican tae kwon do desde temprana edad. Más adelante, vemos como estos grupos de niños han crecido y continúan practicando este deporte, el cual ya dominan mucho más. La última parte de nuestro audiovisual muestra como después de años de  entrenamiento estos niños lograron convertirse en taekwondoines profesionales y participar en competencias importantes.

En el video mostramos el desarrollo de los niños, de infantes a jóvenes, como  su crecimiento deportivo. Con este video quisimos reflejar la importancia de la disciplina en el deporte y cómo esta constancia puede llevar a cualquier individuo a conseguir grandes logros. 

La idea surgió de la mente de nuestra compañera Odeth, quien lleva años practicando tae kwon do y sabe cuánto esfuerzo requiere esta actividad física y lo satisfactorio que es el trabajo duro y constante. Además de practicarlo, Odeth es maestra de un pequeño grupo de niños, por lo que recurrimos a sus alumnos para contar esta historia.

Elegimos esta narración porque consideramos que es importante fomentar la actividad física, quizá no entre nuestros compañeros que ya lo saben, pero sí entre los niños; consideramos que si les mostramos este video pueden animarse a seguir practicando durante muchos años.

La razón más importante para elegir esta historia es el reto de contarla sin audio, consideramos que la generalidad, es decir sin personajes en particular,  de nuestro relato nos permite hacerla más clara, ágil y comprensible sin la necesidad de audio o diálogos. Así con esta historia podemos recurrir a tres diferentes etapas de la vida de unos niños, que también sigue una estructura narrativa:
Infancia: inicio, los niños apenas practican lo básico.
Adolescencia: desarrollo, entrenamiento arduo y constante. Es la antesala para las competencias profesionales.
Juventud: después de tantos años de práctica, esos niños por fin están listos para competir a nivel profesional.  

Los principales retos a los que nos enfrentamos fueron los de capturar la historia en el tiempo señalado, transmitir la idea de que los niños van creciendo a lo largo del video y que cada segmento corresponde a una etapa diferente de su vida, y finalmente la construcción de las escenas con la participación de niños tan pequeños.

Acerca de seleccionar el material que llegaría a la edición final, decidimos mantener las tomas más significativas y que mostraran el esfuerzo que requiere hacer ciertos movimientos y golpes. El video es corto, pero consideramos que es conciso y directo; pudimos añadir más tomas pero el video se hubiera vuelto repetitivo y no se hubiera aportado nada a la historia.

Para transmitir la idea del crecimiento de los niños nos apoyamos en  efectos  de color, y asignamos uno a cada etapa, esto con el propósito de dar la idea del avance en el tiempo; los efectos que usamos fueron blanco y negro, sepia y color al final como efecto de actualidad. Estos se aplicaron en la etapa de edición.

El trabajar con niños fue complicado porque si bien conocen los movimientos y la técnica básica, en ocasiones era complicado que pusieran atención, que no miraran a la cámara o que no se pusieran nerviosos y empezaran a reír o dieran un golpe mal que podría lastimarlos a ellos mismos o a los demás. Solucionamos esto diciéndoles que sería una grabación corta, y así fue, y que después podrían ‘echar’ todo el relajo que quisieran como premio por su ayuda.

El encuadre que predomina en nuestro video es el full shot, que forma parte de los encuadres de narración. Se ve más reflejado porque las tomas fueron hechas para que se mostraran los combates, los personajes y parte de los escenarios. Mostrando esto fuimos capaces de presentar a los niños, los movimientos característicos del deporte y cómo se relacionan, o se enfrentan mejor dicho, al resto de los competidores.

En cuanto al diseño, podemos decir que se basa en la práctica de tae kwon do de los niños y como van creciendo, mientras que los escenarios son el mismo salón de clases, el gimnasio y una competencia. Una escena también muestra un close up a la una de las niñas que está estirando.

A continuación nuestro video  Pateando hasta la gloria:



domingo, 13 de octubre de 2013

Fotosecuencia_Las Piñas del Discurso



Muerte en un día normal

Las fotografías desde el aspecto físico no son más que: luz, papel y quimicos. Para los amantes  de la imagen quizá sea más que eso, es un ejercicio humano, producto de su instinto, resultado de observar y sentir.
La construcción de esta fotosecuencia implico un gran desafío para nuestro equipo. No se es sencillo crear una historia en menos de 12 fotografías, planear encuadres, y planos. Sin embargo, consideramos que el ejercicio fue resuelto de una manera satisfactoria.
La rutina común de la mayoría de las personas es despertar y prepararse para un nuevo día con un buen baño pero, ¿qué pasaría si ese momento es el último de tu vida?
La historia que proponemos es dramática y sencilla de entender, las acciones que realiza nuestro único personaje son en su mayoría comunes por eso la historia se cuenta por si sola, el contexto es simple de entender, los escenarios son pequeños y hacen uso de nuestros recursos para la historia.
El primer desafío que se nos presentó fue escojer la historia, pues como dijimos anteriormente, en doce fotos es dificil imaginar todo un Inicio, desarrollo y conclusión. Pensábamos en algo común: narrar las acciones normales de un día de un oficinista, sin embargo representaba un gran desafío jugar con la luz de cada hora del día para que existiera una mejor comprensión de la historia. Es por eso que optamos con el primero momento del día, pero decidimos darle un toque terrorífico al hacer que el personaje se resbalara al salir de la ducha, se golpeara con el filo del cancel del baño y muriera.
Otro desafío, fue elegir quién representaría a dicho personaje, por una extraña razón a las tres nos da un cierto pánico ante la cámara y fue entonces que supimos porqué estamos estudiando Ciencias de la Comunicación y no modelaje. Sí, fue decisión de un volado.
Fue divertido, nos pusimos a prueba cada una de las integrantes para unirnos como equipo, utilizar nuestra creatividad y finalmente perder la pena con las fotos que aparecen en la ducha (cabe aclarar que la protagonista en ningún momento estuvo completamente sin ropa y hacer que en las fotos pareciera lo contrario también fue complicado).
Otro aspecto que es muy evidente en las últimas fotografías, es que la sangre, precisamente no parece sagre porque es catsup. Todo el tiempo, durante la planeación, planteamos que haríamos el efecto de sangre con catsup, pero al momento de montarlo nos dimos cuenta que era muy evidente de qué se trataba. Decidimos dejarlo porque pensamos que le da un toque chusco y no se mete la historia hasta el dramatismo como se supondría que debería tener el tema.
El mayor obstáculo que se nos presentó, fue que el espacio de la casa donde trabajamos es muy reducido, entonces teníamos que utilizar nuestra creatividad (subirnos a un banco, jugar con la luz que entraba al cuarto, hacer tomas desde afuera de una ventana pequeña -ventilación del baño) para alcanzar el objetivo que pretendíamos.
Fue una experiencia nueva, en cuanto a diseñar la idea, planear las tomas, posar, etc. que a las tres nos gustó mucho porque no sólo aprendimos a aplicar los conocimientos que hemos visto en clase, sino a unirnos también como equipo.


viernes, 4 de octubre de 2013

Paisaje sonoro_ Las piñas del discurso

En una ciudad existen numerosas fuentes de ruido, las principales son los medios de transporte, los trabajos públicos o de construcción o la industria o fábricas. También existen fuentes sonoras esporádicas tales como sirenas de ambulancia, policía o bomberos o aquel causado por alguna alarma. Otra fuente sonora constante es el mismo ser humano, es decir, las voces, los gritos o los cantos.

Todas estas fuentes sonoras constituyen el ruido urbano, el cual a pesar de su variedad y riqueza puede llegar a constituir una molestia para los habitantes de una ciudad, al provocar reacciones negativas en ellos, como estrés, distracción, incomodidad o enojo.
Sin embargo, existe una propuesta de Raymond Murray Schafer para considerar todos estos ruidos no como contaminación auditiva, sino como sonidos que representan un medio de comunicación e información entre el hombre y su entorno. De este modo, Murray propuso ‘escuchar el ruido’, es decir, escuchar todos los sonidos del mundo y considerarlos como parte de una composición.

De esta manera surge el concepto de paisaje sonoro, el cual Murray definió como  “el entorno sonoro concreto de un lugar determinado”, cuyo propósito principal es documentar ambientes sonoros y generar una conciencia sobre la importancia de los sonidos de ese entorno, apelando principalmente a la sensibilidad auditiva de los individuos.

Partiendo de esta definición, decidimos realizar nuestro paisaje sonoro de un lugar muy específico de la ciudad: una pollería dentro de un mercado. Elegimos este sitio porque nos pareció una fuente de sonidos muy variada, ya que en ella encontramos sonidos producidos por el ser humano, por las acciones que éste realiza, por los objetos que manipula, sonidos de animales y sonidos de fondo.

Todo esto da como resultado un paisaje que combina sonidos comunes en un entorno urbano y que además se repiten día con día; pensamos también que este paisaje sonoro puede no ser típico para nosotros y no significar nada, pero sí lo es para un sector de la población, por ejemplo amas de casa o cocineros (as), que acuden a las pollerías con frecuencia y que son capaz de asociar estos sonidos y darles un significado porque forman parte de sus rutinas y están familiarizados con ellos.

 Consideramos que nuestro paisaje es reconocible e incluye los sonidos adecuados porque empleamos aquellos que son característicos de una pollería como el ruido de las tijeras tan típicas de los polleros, el de las placas con el que aplanan las pechugas de pollo y el ruido de algún gallo. Estos sonidos nos indican en qué lugar estamos y son fáciles de asociar con la fuente que los produce y ubicarlos en un contexto  en el que los tres coexistan.

Dentro de nuestro paisaje sonoro encontramos los sonidos en varios planos: en un primer plano encontramos el sonido de las tijeras y de las ‘aplanadoras’, aunque el sonido con el que se escuchan varía a lo largo de la grabación. Es importante resaltar que estos sonidos aparecen a intervalos, y su ritmo no es constante, debido al tiempo que se requiere para manipular el pollo, por lo que hay momentos en los que no se percibe. En un segundo plano se puede identificar el sonido del gallo, el cual tampoco es constante pero sí perceptible. En otro plano ubicamos los sonidos de fondo tales como los gritos de los niños, que aunque lleguen a escucharse muy fuerte no forman parte del paisaje sonoro propio de la pollería y el ruido de algunos carros, los cuales son comunes en la ciudad.

Realizando esta actividad nos dimos cuenta de la dificultad de aislar sonidos específicos de un sitio, no porque sea complicado identificarlos, sino porque la cantidad es abrumadora y muchas veces aunque queramos concentrarnos en uno es inevitable eliminar los demás o simplemente ignorarlos.

Pensamos que todos los sonidos y ruidos forman parte de nuestro ambiente, y que el reto para nosotros, sí en verdad queremos realizar una buena escucha, es intentar reflexionar sobre éstos y tratar de asociarlos con una imagen, un significado, un recuerdo, una idea o un pensamiento; de  esta manera seremos capaces de descubrir la riqueza auditiva de la ciudad y dejar de considerarla como una fuente de ruido y contaminación sonora.

Notas:
Escuchar con audífonos
- Grabado con celular Samsung Galaxy Ace, en la pollería "La número uno" ubicada en el Mercado de Xochimilco. 

Link para el paisaje sonoro [Pollería]


Fuentes