Equipo conformado por Alejandra V. Pérez Álvarez, Yolanda Moreno Cabello y Cecilia Odeth Velázquez López
domingo, 29 de septiembre de 2013
sábado, 14 de septiembre de 2013
10 preguntas a un oyente
Realizamos la actividad sonora en el Jardín Digital, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, un lunes en la mañana y el objetivo era escuchar todos los sonidos del entorno y concentrarnos en alguno para responder algunas preguntas y reflexionar sobre el significado de dicho sonido.
El sonido que elegimos fue el de la escoba barriendo, ya que nos pareció el más rítmico y el que más sobresalía debido a su intensidad. A continuación, las respuestas a las que llegamos como equipo después de reflexionar y discutir nuestra experiencia haciendo este ejercicio.
10 preguntas a un oyente
- De memoria, ¿qué diría para
describir su sonido? ¿Cuál es la característica que más lo distingue?
Es un sonido constante, fuerte, rasposo
y llamativo.
- ¿Durante qué momento del día
o de la semana se oiría su sonido normalmente en este lugar?
De lunes a viernes en la mañana, aproximadamente entre 7:00 y 8:00 am.
- Desde que Usted llegó al
lugar, ¿cuán frecuentemente escuchó su sonido? ¿Mediría Usted su
frecuencia en minutos, segundos o milisegundos? ¿Su regularidad sigue un
patrón reconocible?
Desde que llegamos al lugar el
sonido comenzó y cuando nos fuimos aún seguía. Podemos medir la frecuencia del
sonido en segundos, ya que aproximadamente cada 3 segundos se originaba. Pero
no creemos que la regularidad siga un patrón reconocible ya que había
intervalos en los que desaparecía,
aunque cuando regresaba seguía apareciendo cada 3 segundos.
- ¿Cómo se complementa (o
rechaza) su sonido con los otros sonidos en su entorno?
Pensamos que el sonido se rechaza
porque el resto del entorno está casi en silencio, con sonidos ocasionales de
pájaros o murmullos de estudiantes, pero ningún sonido es tan fuerte como el
que estamos describiendo, por lo que destaca del resto y es el que distingue
con mayor claridad y facilidad.
- ¿Cuáles son los objetos en
su entorno que su sonido identifica directa o indirectamente? ¿Hay en su
entorno objetos y superficies que su sonido ayude a iluminar o esconder?
El tipo de suelo y la presencia de agua o basura que necesita ser
recogida.
Si bien nuestro sonido no elimina
el resto de los sonidos, por su intensidad si los hace menos ‘obvios’ para el
oído, por ejemplo, escuchamos la escoba, pero se escuchan menos los pájaros.
- ¿Cuáles son las
características sociales, geográficas o físicas de su entorno que su
sonido podría representar simbólicamente?
Nuestro sonido nos remite
al sonido ‘típico’ de la ciudad en la mañana, momento en que se limpian las
calles y se dejan listas para comenzar un nuevo día y una nueva jornada.
- ¿Suele Usted encontrar su
sonido en otros entornos? ¿Cuán parecidos son dichos entornos al que Usted
se encuentra ahora?
Sí, nuestro sonido se encuentra en
otros entornos y suena igual, debido a que el objeto que lo produce es muy
común y suele elaborarse con el mismo material. Aunque pensamos que el entorno
y el terreno en el que se utilice producirá variaciones en el sonido, pero
puede percibirse como el mismo a menos que se le preste mucha atención.
- ¿Puede su sonido asociarse a
algunas memorias de su pasado?
Nuestro sonido nos recuerda una
jornada típica
- ¿En qué forma cambió su
sonido desde el momento en que Usted llegó?
El sonido siguió siendo el mismo,
casi no cambio el ritmo ni la frecuencia. Lo que se modificó fue la cercanía
con la que se escuchaba, cuando llegamos al sitio se percibía muy lejano, pero
con el paso de los minutos llegó a escucharse en un primer plano y se convirtió
en el sonido predominante del entorno.
- En general, ¿cuál es la
contribución de este sonido a su experiencia de este entorno? ¿Tiene
alguna influencia en el humor o carácter de las cosas que lo rodean?
Pensamos que el sonido es llamativo
porque rompe con la tranquilidad del entorno, pero al mismo tiempo aporta vida
y movimiento al ambiente, impidiendo que éste sea completamente silencioso.
Aunque al inicio el sonido parecía solo ruido, poco a poco fue adquiriendo un ritmo al cual nos
acostumbramos.
Sin embargo, no creemos que el
sonido sea único de la facultad, ya que este tipo de objetos son utilizados en toda la ciudad.
Más allá de escuchar durante 10 minutos el entorno, pensamos que este ejercicio nos recuerda qué todos los objetos que nos rodean producen un sonido muy particular y qué sólo prestando mucha atención seriamos capaces de descubrirlos y atribuirles un significado que no hubiéramos pensado que podía tener.
jueves, 12 de septiembre de 2013
Paseo Sonoro: FCPYS
El lugar
que establecimos para realizar el paseo sonoro fue la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales de la UNAM. La idea principal fue crear un mapa de los
lugares con los sonidos más significativos para nosotras de la institución:
·
“La rampa” de la entrada de la facultad.
·
“El kiosko” del puesto de comida.
·
Centros de impresión
·
Explanada alta.
·
Salón de clases.
·
Auditorio.
·
Biblioteca.
·
Canchas de futbol.
·
Pista de ejercicio.
Elegimos
estos lugares porque son espacios por los que pasamos por ahí todos los días,
tomamos clases, comemos, convivimos con compañeros o buscamos información; sin
embargo, nunca nos hemos detenido realmente a escucharlos, a identificar los
diferentes sonidos y mucho a menos a reflexionar la fuente de todos ellos.
Cada uno
de estos sitios tiene un sonido que lo distingue de otros y con este paseo
sonoro pudimos reconocerlos e identificarlos como los sonidos característicos
de nuestra facultad.
El
propósito de nuestro paseo sonoro fue captar los sonidos producidos por las
acciones diarias de alumnos, profesores y vendedores de la FCPyS y los objetos
con los que interactúan. Decidimos centrarnos en sonidos producidos por
humanos, en lugar de los sonidos del ambiente, porque creemos que éstos nos dan
la oportunidad de conocer a fondo el lugar en el que estamos grabando y
distinguir los sonidos particulares que el ser humano va creando en este sitio.
De este
modo, escuchamos más sonidos de personas ya que la facultad está llena de
alumnos, y por lo tanto de lo que hablan, de lo que comen, lo que buscan en la
biblioteca, de los sonidos que ellos producen en todo momento.
La fuente
principal de los sonidos que captamos no son directamente las personas, sino
los aparatos que se utilizan en la facultad y que resultan indispensables para
realizar cualquier actividad, por ejemplo la licuadora, la alarma de la biblioteca,
fotocopiadora o el sonido que hacen los libros al caer uno sobre otro.
Al recorrer la escuela reconocimos
sonidos que son constantes y que a lo largo del día no dejan de escucharse, por
ejemplo los torniquetes de la biblioteca, el sonido de la fotocopiadora, los
cubiertos en el puesto de comida, los pasos de los jóvenes al bajar la rampa de
entrada y salida de la facultad y por supuesto, los murmullos.
Quisimos reflexionar sobre el kiosko
de comida de la facultad, debido a la gran cantidad de sonidos que escuchamos
al mismo tiempo. Mientras estábamos en el puesto de comida los sonidos que se
encontraban en primer plano eran la licuadora, la cafetera, el microondas, las
ollas con comida, cubiertos y platos; en segundo plano las voces de los chicos
que comían ahí, sus conversaciones con otros y en tercer plano estaban los
pasos de las personas que pasaban cerca del puesto, sus voces y sonidos de
bicicleta que pasaban cerca de dónde estábamos.
Consideramos
que una composición musical se podría hacer con los pasos las voces de los
alumnos, los pasos por las distintas
superficies y con las conversaciones que van de un primer hasta un tercer
plano.
Una
vez finalizado nuestro paseo sonoro pensamos que si bien hay sonidos
particulares que nosotros identificamos como propios de la facultad son
especiales únicamente para quien está ahí del diario y está expuesto a ellos
como nosotros lo estamos. No obstante, estos sonidos pueden corresponder a
cualquier otra institución educativa, por lo que el significado e importancia
que le damos a estos sonidos dependen del contexto y las vivencias de cada persona que conozca la
facultad.
El
paseo sonoro que realizamos nos permitió meditar sobre los sonidos que definen
a nuestra facultad y cómo las personas son los que los crean por diferentes
razones, con diferentes objetos y en diferentes momentos, pero aun así esos
sonidos están ahí y son los que forman parte de nuestras vidas porque los
escuchamos todos los días.
Pensamos
que son los alumnos, profesores y vendedores los que le dan vida a la facultad
con todas sus actividades y los que crean sonidos particulares aunque no estén
conscientes de eso y aunque nosotros no tengamos el tiempo para escucharlos
detenidamente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)